martes, 12 de febrero de 2013


Machismo virtual...


Aprovechando la publicación sobre los >Informers<, que he desarrollado en posts anteriores… Me hago eco y resumen de lo que he leído en los medios de noticias.

La relación entre un Smartphone y el machismo adolescente es inversamente proporcional al control de sus parejas.

Hoy en día, se reciben mensajes (gratuitos), con un repertorio muy extenso y del mismo emisor. Un chico que pide e invita a su “novia” que le envíe una foto, para saber cómo va vestida o donde está, etc. Y se sirven de estos medios para ejercer un control casi total. El tema está en el candelero y en constante evolución.

¿Vamos a acabar desquiciados con las nuevas tecnologías?     ¿Momofóbicos también?

En fin, que la tecnología gratuita y de efecto inmediato son las vías más utilizadas por los jóvenes para tener contacto directo y controlar a sus parejas 24h al año. Con la mensajería instantánea saben qué hace la chica cada momento y donde sea, y de paso no sufrir escarnio económico alguno. Por todo ello, es habitual el envío continuo de mensajes. La geolocalización, también causa estragos entre los jóvenes con los programas más habituales para los terminales.

Lo inverosímil, es la dificultad de detectar el abuso y su invisibilidad, detectar esto no es nada fácil, solo cuando se ha hecho grave es cuando nos enteramos. Es un dominio psicológico, sutil, que suele pasar desapercibido para entorno de la víctima en los primeros estadios. Además, se da en unas edades en las que los chicos aún construyen su personalidad y es fácil que no tengan suficiente madurez para identificar el fenómeno como un abuso real.

Encontramos la reproducción de estos roles en teleseries, películas o canciones. Situaciones de sumisión de ellas y que ellos tomen el control. Las nuevas tecnologías son una nueva manera en que se transmite la relación de poder entre los chicos.

Prevenir para cambiar esta dinámica de “opresión y control” requiere una labor pedagógica "para reforzar los valores de igualdad», que puede durar años. La importancia residirá en que la familia fomente una relación de confianza con la chica para que no dude en recurrir a su entorno si le asaltan las dudas. Obviamente los adolescentes por sí solos, no disponen de los recursos reales necesarios para resolver este tipo de conflictos. Hay que inculcar la idea que son prácticas abusivas, que no se pueden permitir bajo presión psicológica, sea cual fuere y romper el rol machista.



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